miércoles, 23 de julio de 2008
Carta...
Cuantas más melodías han de arribar a mi alma, precediéndote en sonatas que mi alma entona al vaivén de tus recuerdos, cuantas mas veces he de acariciarte en sueños, cuantas mas veces he de tener tu sed pues solo puedo besarte en el desierto de mis espejismos, cuantas mas veces he de ser tu recuerdo y tu duda; si bien mis lagrimas ya no se consuelan con deslizarse por el tobogán de mis mejillas, quieren verte reflejada en mis pupilas y así saltar pero de alegría a un mundo en el que si estés presente, cuantas noches he de birlarle al tiempo para poder decirte que no soy una duda sino un sentir, me encantaría partirme en dos, pero mi corazón se iría contigo sin importar la suerte que corra, pues el amor es ciego y quiero ser lazarillo de cuanto ames sino puedo amarte, dime que le digo a esta soledad que adopto al silencio que dejaste en mi espacio, si bien al silencio le he preguntado por ti pero como siempre sordo-mudo, me deja sin contestación y no puedo decirle a la soledad que me acompañe, pues el silencio se le otorgo así mismo sin palabras que darle y todo por haber callado y bien sabes que el que calla otorga, sabes que mi silencio eres tu, al igual que mis sonidos pero por favor dame una nota que me permita tocar de nuevo contigo en compañía de tu alma, dame un si, entre paréntesis para poder suspender hasta tu vista mis deseos de vivirte y poder seguir pensando en ti sin perder ni un solo sentido de los que has despertado en mi, por lo demás dile al destino que me incluya entre tus huellas esas que has dejado y dejaras, que no me deje a un lado por simple costumbre de tus compañías pues mi amor es simbiótico a tus memorias que en vida te escribiría con el titulo de el amor de mi vida, así fue y será, el mas allá no queda lo suficientemente lejos como para alejarme de ti recuérdalo
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