A una amiga

DEL ALMA Y LA AMISTAD


Ayer hurgue entre los recuerdos de mi alma y todas las palabras me decían tu nombre y por un momento fui visionario de la universalidad finita de mis memorias, escribiendo de tus miradas y tus sonrisas.

Ayer di un paso taciturno y redoblado camino del árbol milenario de mis amistades y aunque invierno, divise en su espacio, la fortaleza ilimitada de sus hojas, abrazando a contra luz el final del arco iris y con él, las riquezas mitológicas que a la amistad daban sus formas, he de mentir si no confieso que ante mi lucidez solo pude ver tu rostro; pues no habían ollas de oro que frente a tu inmensidad pudiesen revelar mayor anhelo.

Ayer, cree entre mis sueños a la figura angelical que despidió la soledad y acompaño a mis huellas más allá de las olas que a mis ojos vienen y van, puedo contarte que al pestañear, le fue al mar la visión profunda de tu sombra sin ocaso y al sol el consuelo de tus pasos, mientras yo camine entre las voces naturales de mis sueños y aunque despierto, el silencio escucho mas que a mi presencia, a tu ser, por cierto aún, sigue parloteando entre mi esencia, sobre el más allá que representas, no me preguntes por que si bien se dan alas a quien puede volar y amistades a quien las sabe valorar.

Ayer vi un hada, en su bosque encantado, no recuerdo la razón de mi visita, pero si las virtudes mágicas que dibujaron mil encantos con los susurros de sus alas, fue al nacer o al conocer no recuerdo, perdonad, pues me perdí de regreso a la razón y solo la razón me ha dado la ilusión de entender que no importa mientras la mágica virtud de tu consuelo en mi bosque pueda hallar, este esta encantado por la frondosa exposición de tu alma que nunca quiero ver llorar.

Ayer fue ayer, hoy es hoy y sin dilapidar mis sentidos el recuerdo y su memoria, a tu alma quise hablar, no me contestes gratitudes dime eternidades si bien es mi alma la que has hecho emanar.

Para ti, la esencia que ni la inocencia con su olvido podrá hacerme olvidar. Un beso.